Los virus están mutando todo el tiempo, y numerosas cepas del virus del SARS-CoV-2 que causa el COVID-19 han sido identificadas alrededor del mundo. Cuando ocurren las mutaciones, el virus cambia de manera que es de importancia en la salud de los humanos, a esto se le llama variante de preocupación (VOC por sus siglas en inglés). Tres variantes en los Estados Unidos han sido señaladas como preocupantes, y ahora las tres están presentes en nuestra comunidad.
Recientemente, el Laboratorio de Medicina y Virología de la UW le informó a Salud Pública – Seattle y el condado de King que detecto la presencia de la variante P.1 (identificada primero en viajeros de Brasil) en una muestra de prueba contra el COVID-19 en el condado de King.
Esto no es sorpresa, pero agrega urgencia a nuestra tarea. Debemos reducir la transmisión y vacunar muchas personas lo más pronto y equitativo posible, antes de que esas cepas de variantes se propaguen ampliamente.
Como las otras VOC’s señaladas por los CDC, la variante P.1 podría complicar nuestros esfuerzos de combatir la pandemia y contribuir a la cuarta ola severa de infecciones.
La cepa P.1 contiene varias mutaciones, incluidas algunas que parecen ser menos vulnerables a la respuesta inmune de nuestro cuerpo. Entendemos que esta variante de cepa es buena evadiendo nuestras defensas y continúa evolucionado; en partes de Brasil han aumentado las preocupaciones que las personas previamente infectadas podrían ser más fácilmente re infectadas por la variante P.1. Hay razón para pensar que las vacunas pueden ser menos efectivas contra esta cepa, pero también han habido más señales alentadoras en investigaciones recientes sobre la eficacia de la vacuna.
“Si bajamos la guardia, esas variantes de cepa nos harán pagar caro” dijo Jeff Duchin, Funcionario de Salud, Salud Publica – Seattle y el condado de King. “El lado positivo es que podemos tomar pasos para limitar el daño. Las mismas precauciones que nos han ayudado a bajar el número de casos en el pasado también puede protegernos de las variantes, siempre y cuando seamos diligentes”
La variante P.1 primero fue detectada en los Estados Unidos a finales de enero y desde entonces está presente en por lo menos diez estados. Otras VOCs que se han encontrado en los Estados Unidos incluyendo localmente, incluye la cepa B.1.1.7 identificada primero en el Reino Unido y la variante B.1.351, inicialmente detectada en Sudáfrica.
Por lo menos una variante de la cepa, la B.1.1.7 ha demostrado que se esparce más fácil que cepas previas del coronavirus, y hay señales que las variantes B.1.351 y P.1 también son más contagiosas.
Pero hay buenas noticias: las mascarillas funcionan contra las variantes. El distanciamiento físico funciona contra las variantes. La buena ventilación y el movimiento del aire en lugares cerrados son especialmente importantes y lavarse las manos y todas las cosas que deberían ser naturales para nosotros a estas alturas todavía funciona contra esas variantes.
La aparición de esas variantes no debería desalentarnos, sino deberían revitalizar y motivarnos a darle vuelta a la situación de la pandemia. Los próximos meses serán especialmente importantes para determinar el curso del brote con la amenaza de nuevos VOCs en aumento, trabajamos para proteger más personas mediante la vacunación. Si continuamos con grandes esfuerzos para limitar la propagación del COVID-19 por unos cuantos meses más, reduciremos el riesgo de otra ola seria de infecciones y agilizar el regreso a una vida más normal.
Publicado originalmente el 15 de marzo de 2021.