Serie especial: Las voces de la comunidad con respecto a la prevención de sobredosis. [English translation here.]
Compartiremos las perspectivas de la comunidad con respecto a la prevención de sobredosis y adicciones. Comenzamos teniendo una charla con Maya, una mujer de 18 años que empezó a abusar de medicamentos recetados a la edad de 13 años. Ahora, ella está en recuperación y comparte su visión con nosotros.
“Nunca es muy temprano para buscar ayuda. No debe esperar hasta que sea ‘suficientemente malo,’” – Maya
Primero, queremos compartir dos recursos en caso de que usted, o alguien que conozca, necesite ayuda:
Teen Link: Teen Link incluye una línea de ayuda o un chat en línea para adolescentes todas las noches, entre las 6 y 10 PM, 1-866-TEENLINK (833-6546)
Washington Recovery Helpline– Línea de apoyo y para casos de crisis las 24 horas
ENCUENTRE UN BUZÓN para disponer de medicamentos de forma segura.
Transcripción de la entrevista de Maya:
Entrevistador: Maya, muchas gracias por estar al teléfono conmigo hoy.
Maya: Sí, seguro.
Yo: Entonces, comencemos. ¿Puedes decirnos cómo era tu vida cuando comenzaste a consumir opiáceos?
Recuerdo que estaba lidiando con mucha ansiedad y depresión. Creo que tenía aproximadamente trece años. No tenía ninguna receta ni nada. Simplemente abrí el botiquín médico de mis padres y encontré un frasco de Valium, que también se conoce como benzodiazepina, que mi mamá tenía desde hacía varios años. No se había usado y tomé un par. Seguí haciéndolo por un tiempo. Luego no solo usaba el botiquín médico de mis padres, sino que comencé a registrar los botiquines de otras personas. Finalmente, encontré analgésicos recetados y se terminaron convirtiendo en mi droga preferida. Pasó de ser algo no muy frecuente, quizás un par de meses con benzos, a convertirse en una dependencia física real a los opiáceos recetados, tan solo por haberlos robado de los botiquines médicos de otras personas. Así fue por un tiempo y a partir de ese momento todo empeoró.
Yo: Nadie se daría cuenta, ¿verdad?
M: No, nadie se daría cuenta. Nadie lo hizo por un tiempo, así que podía salirme con la mía y robar los medicamentos por un tiempo, hasta que se hizo evidente que yo estaba metida en un problema.
Creo que es muy importante guardar los medicamentos en un lugar seguro, no simplemente asegurándose de devolverlos a su sitio, sino además mantenerlos seguros y cerrados con llave o al menos en un sitio que no sea fácilmente accesible, en lugar de debajo del lavabo del baño.
Yo: Así que, viendo al pasado, ¿qué habría cambiado si no hubieses tenido fácil acceso a los medicamentos recetados que estabas buscando?
M: Bueno, voy a dar una pequeña aclaración previa, y es que estoy muy feliz acerca de dónde estoy con mi recuperación. Dicho esto, creo que yo podría haber evitado mucho del dolor que causé, tanto a mí misma como a mucha gente a mi alrededor, si para empezar yo no hubiese abierto ese botiquín y tomado esas pastillas de Valium. Porque, sí, resulta que soy propensa a la adicción y la mejor manera de evitarla es no tomar la primera pastilla o lo que sea. Así que, si al abrir ese botiquín no hubiese encontrado nada, quizás yo no habría pasado por el camino que recorrí”.
Yo: ¿Puedes hablarnos hoy un poco sobre tu camino a la recuperación, sobre cómo es?
M: Claro. Primero, empecé mi proceso de recuperación; creo que había tenido esta adicción por un poco más de un año cuando los demás empezaron a darse cuenta. Empecé a notar que esto se convertía en un problema y comencé a asistir a reuniones de 12 pasos. Y en ese punto, tenía un pie adentro y el otro pie afuera, lo cual no funciona realmente cuando estás en un programa de este tipo, por lo que no pude permanecer abstinente a las drogas. Eso fue muy doloroso para mí y terminó causando más daño que bien al tratar de hacer recuperarme sin estar limpia, básicamente. Eso en verdad no funciona. Así que terminé hablando con mi familia, sentándome con ellos y decidimos juntos que yo necesitaba ir a tratamiento. Así que fui a un programa de rehabilitación al aire libre por tres meses y, luego, fui a un programa residencial de 14 meses. Sin embargo, al terminar el programa no todo fue perfecto. Considero que aún me estoy recuperando, lo que significa que aún soy una adicta. Pero cuando salí estaba mucho más preparada para participar en el mismo programa de 12 pasos, por lo que terminé regresando. Además, empecé a recibir asesoría de salud mental otra vez. He conocido a muchas personas maravillosas durante la recuperación y he podido ser un modelo a seguir para mucha gente en mi vida, personas que se están están en recuperación o que están luchando contra la adicción.
Yo: Si hubiera algún mensaje que quisieras enviar a los padres, cuidadores u otros jóvenes, ¿cuál sería?
M: De acuerdo, con respecto a los jóvenes, si están luchando contra la adicción o con el abuso de sustancias o si creen que tienen un problema, les diría que nunca es muy temprano para buscar ayuda. No deben esperar hasta que sea “suficientemente malo”. Sé que cada vez que consumía medicamentos, las cosas empeoraban. En mi caso, y esto puede ocurrir con el abuso de opiáceos recetados, me llevó al uso de heroína por vía intravenosa. Sin embargo, era tan adicta mientras me inyectaba heroína como lo fui cuando abrí ese botiquín y agarré esos Valium. Desearía haber parado antes de llegar a ese punto, pero tengo suerte de que ciertas cosas nunca me pasaran. Como que me arrestaran o que me quedara sin hogar. Pero esas cosas pasan porque los adictos necesitan tocar fondo. Si eres joven y estás luchando con esto, entonces busca ayuda. Definitivamente hay esperanza.
Lo siento, había dos cosas. Para los padres o para cualquier adulto, es súper importante que: si tienen medicamentos, medicamentos no deseados en su botiquín, bien sea de hace unos años atrás o de hace unos meses, un envase de Vicodin o Percocet que se le prescribió a su hijo para las muelas del juicio y que nunca usó, desháganse de ellos. Entréguenlos a un programa de devolución segura de medicamentos. Creo que TakeBackYourMeds.org tiene una lista de ellos. Y podrá encontrar uno cerca de usted. No sea tan ingenuo como para pensar “vaya, mi hijo no haría eso”. No se trata de ser un niño malo. Nadie hubiese esperado que yo tomara esos medicamentos y probablemente por ello pude salirme con la mía y robarlos. Pero, francamente, puede no ser su hijo. Puede ser un amigo de su hijo, sus amigos o un miembro de la familia. Así que al devolver sus medicamentos, están haciéndoles un favor y manteniendo su comunidad a salvo.
Yo: Quiero agradecerte mucho por compartir tu historia con nosotros y por el gran trabajo que estás haciendo y también quiero felicitarte.
M: Muchas gracias. En verdad aprecio tener esta oportunidad. Es un placer compartir mi historia.
[fin de la transcripción]
Publicado originalmente el 28 de agosto de 2017.