Para Addison Houston, el Día de Acción de Gracias normalmente está compuesto de cuatro celebraciones, una en casa de su mamá, otra en la de su papá, una más con su suegro y otra más en la casa de la mamá de su esposa.
“Es como jugar ping-pong, vamos de aquí para allá a los diferentes eventos del Día de Acción de Gracias y esto dura todo el fin de semana”, nos dice Houston, quien trabaja en los Servicios de Salud Medioambiental en Salud Pública – Seattle y el Condado de King.
Pero no será así este año.
“Parece que vamos a tener un Día de Acción de Gracias virtual,” nos dijo Addison. “Vamos a saludar en línea a cada una de las cuatro familias a diferentes horas durante el día. Es triste no poder ver a todos, pero tenemos que poner de nuestra parte para asegurarnos que todos lleguemos al año nuevo felices y sanos”.
Los casos de COVID-19 se dispararon hasta las nubes en el Condado de King, en el Estado de Washington y en todo el país. El virus se está propagando en pequeños grupos y entre las familias cada vez más y con más frecuencia. Se está moviendo de amigo en amigo y de un familiar a otro.
Para combatir la oleada de casos, el gobernador Jay Inslee emitió una orden ejecutiva esta semana, en donde se prohíben las reuniones en el interior de la casa con personas que no vivan juntas todo el tiempo, a menos que se pongan en cuarentena durante 14 días antes de la reunión o por 7 días, si cuentan con un resultado negativo a la prueba del COVID-19 dentro de las 48 horas antes de la reunión.
Cualquier reunión, sin importar que tan pequeña sea, conlleva el riesgo de propagar el COVID-19 más allá de su hogar. Muchos brotes han sido vinculados a algún trabajador o una visita que muy posiblemente estaba infectada cundo se juntó con amigos o familiares en reuniones pequeñas.
Nuevas épocas, nuevos planes
Las personas en todo el estado que no han ajustado sus planes para las fiestas deben hacerlo ya. Esto incluye al personal del Departamento de Salud Pública cómo a Meagan Kay.
Meagan, epidemióloga, normalmente celebra con una docena de familiares que abarcan tres generaciones. Esperaban poderse reunir este año, como siempre lo han hecho.
Pero su mamá, que tiene 73 años, tiene condiciones de salud subyacentes que la hacen más vulnerable al COVID-19 y Meagan acaba de terminar uno de sus tratamientos de quimioterapia y tiene programada una cirugía poco después de las fiestas.
Antes de la actual oleada de casos, la familia de Meagan había considerado celebrar al aire libre, bajo una carpa o inclusive celebrar en el interior de la casa, usando cubrebocas, con las ventanas abiertas y con las sillas espaciadas.
En cambio, han optado por tener una cena lista para llevar tipo “grab-and-go”. Van a poner en cajas el festín de comida, dejarlas en el porche de su hermana y así cada quién irá a recogerlas.
A Meagan le toca el pavo este año y tal vez haga un pay de queso y granada roja.
“Queremos mantener las cosas los más seguras posible”, nos comentó. “Ese es nuestro reto”.
Si van a ir de visita, póngase en cuarentena.
Lily Alexander, una especialista en comunicación, planea visitar a su familia, pero solo después de haber estado en cuarentena y haberse hecho la prueba del COVID-19.
“El Día de Acción de Gracias es un día muy importante para nosotros,” nos dijo Lily. “Este año se sentimos que la celebración es más importante porque es el cumpleaños 92 de mi abuela. A menudo hacemos celebraciones dobles ese día”.
El banquete familiar tradicionalmente atrae a 20 miembros de la familia e incluye un particularmente delicioso suflé de zanahoria con muchísimo huevo y mantequilla.
Este año, la celebración será más pequeña y únicamente estarán su mamá, su papá y su hermano. La visita con la abuela será afuera, por poco tiempo y guardando la distancia.
“Han sido ocho meses muy difíciles para ella en los que ha estado aislada,” nos dijo Lily.
Debido a la pandemia, Karla Jimenez-Magdaleno no verá a su familia este año, aunque ver a la familia es la parte que más valora del Día de Acción de Gracias.
Karla, una especialista en comunicación, proviene de Venezuela y se mudó a los Estados Unidos cuando tenía nueve años. Nunca ha sentido un fuerte apego cultural a esta celebración, pero la ve como una buena ocasión para ayudar a fortalecer a la comunidad.
Había planeado pasar el día como voluntaria para una organización comunitaria que lleva alimentos y otros suministros a las comunidades del Condado de King. Pero el repunte de la pandemia le ha hecho tener que reconsiderar sus planes.
En lugar de salir, donará dinero y víveres a grupos que ayudan a los residentes sin hogar de la ciudad. Además, pasará el día con las personas con las que comparte su casa, quienes tampoco podrán visitar a sus familias este año.
Haber pasado tanto tiempo juntos en casa durante la pandemia los ha unido. “Nos hemos convertido en una familia”, nos comentó Karla.
Publicado originalmente el 20 de noviembre de 2020.